(fuente:ingredientesdelavida.blogspot.com)
Hay quien dice que no somos dueños del tiempo, quizás sea cierto, pero siempre he pensado que somos dueños de lo que hacemos con nuestro tiempo.
Durante las vacaciones de verano, me obligo a desconectar, sí me obligo, pues si no aprendemos a descansar cuando nos pertenece poco a poco nos vamos convirtiendo en unos adictos al trabajo. En esas personas que no pueden dejar de moverse entorno a su trabajo, que no pueden dejar de sentirse agobiados, que no desean dejar de ser el centro.
Eso está bien, descansar cuando toca es saber administrar el tiempo, tu tiempo. Es vivir con sabiduría, es saber disfrutar, es saber estar dentro y no fuera.
A la vuelta de las vacaciones, es momento de ir planificando. Es hora de aprovechar el tiempo que podamos tener.
Buscar ese hueco para relajarnos. Hacer espacio a los amigos en nuestra rutina diaria. Buscar una alternativa a ese dichoso gimnasio. Emprender la aventura del saber.
Como yo, hay muchos que ahora mismo están en un tiempo de espera. No saben si trabajarán o no este curso. Pero... aprovechan su tiempo. Dejan de lado el pesimismo, la incertidumbre, la ansiedad y se ponen manos a la obra. Y mucho, muchísimos, piensan que no hay mejor forma de aprovechar el tiempo que seguir formándose.
Cierto es, con los cursos de formación o empezar una nueva andadura en la universidad es matar dos pájaros de un tiro: mejorar la formación y aprovechar esas horas vacías que se extienden ante ti.
Eso, sí es aprovechar el tiempo al máximo. Eso, sí es seguir andando en el camino. Eso, es ser inteligente. Y mientras otros se quejan o lamentan de su situación, tú sigues adelante. Más seguro, más fuerte y con más conocimientos.
Mucha suerte a tod@s los que han decidido aprovechar su tiempo, estoy segura de que no será en balde.
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