jueves, 30 de octubre de 2014

Libros en pdf

Aquí les dejo con el material que ha publicado la Consejería de Educación en la comunidad de Canarias para trabajar la educación emocional. Espero que les ayude y oriente a la hora de enfrentarse a la nueva asignatura en la etapa de Primaria, Educación emocional y creatividad.


jueves, 23 de octubre de 2014

Orientaciones para novatos III

(fuente: quedateaki.co)

Cuando hablo de novatos no pretendo hacerlo de manera despectiva, sino como una forma de definir a aquellos que fuimos estudiantes de magisterio o empiezan a trabajar en esto de la Educación, de verdad, en un centro educativo real. ¡Qué perdidos nos sentimos en un principio!, ¡qué de dudas nos asaltaban en cada jornada escolar!, cuántas inseguridades nos rondaban... y tal vez les sirva de consuelo escuchar que algo de eso no se pierde nunca en esto de la educación.

Cada vez que se comienza en un nuevo destino, es un volver a comenzar, un volver a consultar dudas, buscar recursos, resolver cuestiones pero sobretodo, un proceso de conocimiento de la idiosincracia del centro escolar en el que te ha tocado trabajar. Pues al igual que tú no les conoces a ellos, no sabes de sus victorias y derrotas, de sus esfuerzos y conocimientos, ellos tampoco saben nada de tí, eres un novato aunque no menos válido que los demás. A través de la observación, de la escucha activa, del lenguaje corporal e incluso del sentir las energías de las personas que serán tus compañeros el tiempo que estés allí, irás aprendiendo, conociendo, deduciendo y tomando tus propias decisiones.

Como sucede en todos los trabajos habrá cosas que te gusten y otras que te motiven menos, habrá compañeros con los que empatizarás, descubrirás formas de dar una clase que te impresiones o otras que te decepcionen pero eso también forma parte del proceso de aprendizaje, como estudiante de magisterio y como docente, pues como siempre digo: de todo se aprende, aunque sea a no hacerlo como ellos.

Los estudiantes de magisterio están en un proceso de aprendizaje, en un proceso de formación académica para ser unos buenos profesionales pero tengo una sorpresa para ellos, ese sentimiento nunca debe desaparecer pues siempre, SIEMPRE, se está en proceso de aprendizaje. Descubriendo por medio de la vivencia, por medio del aprendizaje vicario o por medio de la actualización constante que la formación y el aprendizaje no termina cuando se posee un título universitario o un máster (del  universo), nos acompaña por deformación profesional.

Un docente debe ser un estudiante constante, sumando experiencias y conocimientos en todo momento.

jueves, 16 de octubre de 2014

Oro parece... pero solo parece

(fuente www.cosasdivertidas.net)
Estas semanas he estado inmersa en la lectura del currículum de la etapa de Primaria para la comunidad de Canarias y puede que esté sufriendo un ligero síndrome de Estocolmo. Puede que haya estando viendo lo que me parezca una cosa cuando, si me fijo bien, tal vez no sea así.

Me parece un gran avance sentarse y reducir la carga del currículum pues, como ya he dicho en otras ocasiones, España es uno de los países de la UE que más contenidos curriculares posee. Y, en la realidad, nunca existe el suficiente tiempo para darlo todo sin caer en el currículum turístico, ese que pasamos por encima y casi de puntillas.

Me parece un acierto determinar los estándares evaluables por niveles y no por ciclos, ya que de esa forma concretamos aún más los parámetros a los que hay que llegar sí o sí. Menos interpretaciones y más concreción.

Me parece un acierto que de una vez por todas nos centremos en el menor como eje activo de su aprendizaje, en donde él sea el protagonista y no el profesor, o el libro de la editorial menglanita o ciclanita. Parece que al quitar lo superfluo, volvemos a lo esencial, que la escuela sea un lugar de experimentación y vivenciación... y no en una fábrica de clones, de una tortura.

Puede que esté sufriendo un síndrome de Estocolmo en toda regla pues si damos otro paso más, nadie  sabe cómo, ni cuándo, ni con qué medios, ni con qué exigencias, ni con qué fin se hace todo esto pues una cosa es lo que se dice y otra muy distinta, lo que es.

Supongo que todo es como siempre, uno lee, hace el esfuerzo de comprender, vive, trabajar y en el día a día se irá dando cuenta hasta que punto nos quieren vender el pescado.

jueves, 9 de octubre de 2014

Educación emocional ¿real?

(fuente: blog.chupetitos.com)

Al enterarnos de que en la Comunidad de Canarias se comenzaría a impartir la asignatura de Educación Emocional nos sentimos impactados por tan atrevido gesto de modernidad, asombrados de que un tema tan etéreo fuera llevado a las aulas y contentos al ver que se habían tomado en cuenta muchas de las voces que requerían la enseñanza de la inteligencia emocional dentro de las aulas como motor de cambio de la sociedad.

Personal y profesionalmente soy de las que cree que si no vemos a la persona que tenemos delante, si no somos capaces de entender que el alumno es algo más que ese chico que se sienta en la silla y copia los enunciados de los ejercicios poco podremos sacar de él. La implicación emocional en las aulas debe ser real para que, tras esa conexión, consigamos que el alumno sea consciente de todo su potencial, de todas sus capacidades y habilidades, comience a valorarse con sus fortalezas y debilidades. Elementos intrínsecos para ser una persona equilibrada, con buena autoestima, consciente de lo que le rodea y queriendo formar parte de ello.

La teoría está recogida en cientos de libros que podemos encontrar en bibliografías recomendadas, los contenidos los encontramos en el currículo pero... me surge una pregunta: ¿puede cualquier persona impartir esta materia?

Creo que la respuesta en un simple NO. Cualquier docente no puede impartir esta asignatura sin creer en ella, sin ver la importancia que tiene, sin estar convencido de la necesidad de explicitar un alfabetización emocional para conseguir nuestra meta: educar a niños equilibrados.

Partimos de la base de que si no se cree, no se entiende y no hay intención de aceptar el concepto de educación emocional y por extensión, su presencia en el ámbito educativo estamos ante un docente que no conseguirá nada de su alumnado, no obtendrá resultados y eso solo servirá para confirmar sus pensamientos y teoría, de que eso de la educación emocional es una tontería.

Los alumnos nunca se abrirán ante un profesor así, los niños huelen a las personas que viven bajo el lema "haz lo que digo y no lo que hago" y no les gusta nada. No serán participativos, darán la "vara", molestarán, incordiarán, harán de la sesión una pesadilla y solo exigirán que se les apruebe por la cara, porque es otra asignatura vacía.

De ahí la importancia de saber seleccionar bien al docente. Porque, aunque no sea un experto, si cree en la utilidad, si confía en su beneficio, si apuesta por ella, se le notará. Dará lo mejor de sí mismo en cada sesión, se formará, se especializará si es necesario porque entiende que esta asignatura ayudará a esos enanos a lo largo de su vida, para siempre. Entiende que será el responsable de potenciar unas habilidades que les harán ser más flexibles, más comprensivos, más empáticos, más respetuosos y por extensión en mejores personas. Y eso es una gran responsabilidad.

Creo que estamos ante un momento crucial en el campo de la educación y si lo hacemos bien, puede que hayamos encontrado ese elemento que nos faltaba para completar el concepto de educación, esa que se escribe con letras mayúsculas.



jueves, 2 de octubre de 2014

Estás quemado, colega

(fuente edukame.com)
La vuelta a a rutina siempre supone un cambio pero depende de nosotros que éste sea positivo o negativo. Cuando llega el mes de septiembre muchos docentes sienten que no les apetece ir a la escuela, no tienen ganas de empezar e iniciar un nuevo curso escolar y aunque pudiera parecer normal, no lo es. 

Durante mis vacaciones he leído el nuevo libro de Esa Punset, "El mundo en tus manos" y en él, se trata un síndrome que muchos padecen, tal vez sin ser conscientes de ello, hablamos del síndrome del "quemado". A continuación reproduzco sus palabras como medio para reconocer e identificar este síndrome.

"El síndrome de agotamiento emocional por estrés (burnout,4 en inglés) es un término psicológico que describe ese estado crónico de cansancio emocional, producido por demandas profesionales o personales excesivas que generan un estrés continuado para una persona. La persona que sufre burnout se debilita progresivamente, agotando o «quemando» metafóricamente los recursos físicos y mentales del organismo. Aunque el burnout se suele medir en relación a la vida laboral de las personas, resulta también útil para comprobar el nivel de cansancio emocional en la vida diaria". 

"Los síntomas y dimensiones descritos en el burnout son similares a los de otra plaga de nuestro mundo actual: el estrés. En el burnout, el estrés se convierte en algo crónico y conlleva una sensación de frustración permanente. Por ello, suele decirse que el burnout y el estrés son más bien una cuestión de grado de dos fenómenos parecidos: la aparición de dificultades para funcionar en lo personal y lo profesional. El burnout, o los estados previos de desgana y cansancio vital, responden a una realidad social y personal que casi todos vivimos, o hemos vivido, en algún momento de nuestra vida. Por ello ha inspirado multitud de investigaciones en torno a cómo se puede prevenir, gestionar y combatir. " 

En el libro se plantea un ejercicio para determinar tu nivel de "agotamiento" y a continuación lo señalo.

"Un fin de semana para descansar15
            ¿Estás peligrosamente cerca del cansancio emocional? Para comprobarlo, sería útil que te regalaras dos días seguidos relajantes lejos de cualquier fuente habitual de estrés: no debes trabajar ni puedes atender llamadas o correos relacionados con el trabajo. Si tu familia es una fuente de estrés, intenta alejarte de ellos también durante esos dos días. Básicamente, se trata de apartar el mayor número posible de fuentes de estrés y disfrutar del mayor número posible de elementos reductores del estrés durante dos días. Tal vez puedas encontrar personas que te ayuden a conseguir unas horas de libertad para ese fin de semana.
            Durante esos dos días, intenta dormir y comer bien. Llena tu tiempo de actividades de las que casi nunca puedes disfrutar. Si te gusta leer, lee. Si te gusta escribir, escribe. Si no te gusta hacer nada, no hagas nada. Sencillamente, evita cualquier estrés durante ese tiempo. Si el lunes por la mañana te despiertas cansado y temiendo afrontar el día, probablemente estás sufriendo burnout.
            Si decides tomarte unas vacaciones y haces esta prueba durante dos semanas pero sigues sintiéndote igual, sin duda sufres síntomas de burnout y vas a necesitar tiempo y fuerzas para hacer cambios en tu forma de vida que te permitan recuperar tu energía vital."

"El mundo en tus manos". Elsa Punset. Editorial

Y al leer esto pienso en todos esos profesores que el 30 de agosto, y después de haber pasado 2 MESES de vacaciones (días arriba, día abajo) sienten que les están llevando a la cámara de tortura, que el día siguiente es el peor de sus castigos y lo único que desean es que ocurra algo que impida la vuelta a la escuela. Es entonces cuando pienso, estás quemado, colega.

Lo tuyo no es desgana es que ya no te interesa nada el mundo de la educación y eres más feliz haciendo otras cosas. ¿Por qué no te haces un favor y buscas soluciones a esa situación?
- solicita un cambio de centro
- haz un cambio de especialidad
- reajusta tus responsabilidades y empieza en delegar o en abarcar menos cosas
- plantéate un cambio de profesión
- pide la jubilación

Si después de las vacaciones de verdad que no sientes un poco de ilusión por empezar un nuevo curso, un nuevo reto, háztelo mirar, porque tienes un problema.