jueves, 2 de octubre de 2014

Estás quemado, colega

(fuente edukame.com)
La vuelta a a rutina siempre supone un cambio pero depende de nosotros que éste sea positivo o negativo. Cuando llega el mes de septiembre muchos docentes sienten que no les apetece ir a la escuela, no tienen ganas de empezar e iniciar un nuevo curso escolar y aunque pudiera parecer normal, no lo es. 

Durante mis vacaciones he leído el nuevo libro de Esa Punset, "El mundo en tus manos" y en él, se trata un síndrome que muchos padecen, tal vez sin ser conscientes de ello, hablamos del síndrome del "quemado". A continuación reproduzco sus palabras como medio para reconocer e identificar este síndrome.

"El síndrome de agotamiento emocional por estrés (burnout,4 en inglés) es un término psicológico que describe ese estado crónico de cansancio emocional, producido por demandas profesionales o personales excesivas que generan un estrés continuado para una persona. La persona que sufre burnout se debilita progresivamente, agotando o «quemando» metafóricamente los recursos físicos y mentales del organismo. Aunque el burnout se suele medir en relación a la vida laboral de las personas, resulta también útil para comprobar el nivel de cansancio emocional en la vida diaria". 

"Los síntomas y dimensiones descritos en el burnout son similares a los de otra plaga de nuestro mundo actual: el estrés. En el burnout, el estrés se convierte en algo crónico y conlleva una sensación de frustración permanente. Por ello, suele decirse que el burnout y el estrés son más bien una cuestión de grado de dos fenómenos parecidos: la aparición de dificultades para funcionar en lo personal y lo profesional. El burnout, o los estados previos de desgana y cansancio vital, responden a una realidad social y personal que casi todos vivimos, o hemos vivido, en algún momento de nuestra vida. Por ello ha inspirado multitud de investigaciones en torno a cómo se puede prevenir, gestionar y combatir. " 

En el libro se plantea un ejercicio para determinar tu nivel de "agotamiento" y a continuación lo señalo.

"Un fin de semana para descansar15
            ¿Estás peligrosamente cerca del cansancio emocional? Para comprobarlo, sería útil que te regalaras dos días seguidos relajantes lejos de cualquier fuente habitual de estrés: no debes trabajar ni puedes atender llamadas o correos relacionados con el trabajo. Si tu familia es una fuente de estrés, intenta alejarte de ellos también durante esos dos días. Básicamente, se trata de apartar el mayor número posible de fuentes de estrés y disfrutar del mayor número posible de elementos reductores del estrés durante dos días. Tal vez puedas encontrar personas que te ayuden a conseguir unas horas de libertad para ese fin de semana.
            Durante esos dos días, intenta dormir y comer bien. Llena tu tiempo de actividades de las que casi nunca puedes disfrutar. Si te gusta leer, lee. Si te gusta escribir, escribe. Si no te gusta hacer nada, no hagas nada. Sencillamente, evita cualquier estrés durante ese tiempo. Si el lunes por la mañana te despiertas cansado y temiendo afrontar el día, probablemente estás sufriendo burnout.
            Si decides tomarte unas vacaciones y haces esta prueba durante dos semanas pero sigues sintiéndote igual, sin duda sufres síntomas de burnout y vas a necesitar tiempo y fuerzas para hacer cambios en tu forma de vida que te permitan recuperar tu energía vital."

"El mundo en tus manos". Elsa Punset. Editorial

Y al leer esto pienso en todos esos profesores que el 30 de agosto, y después de haber pasado 2 MESES de vacaciones (días arriba, día abajo) sienten que les están llevando a la cámara de tortura, que el día siguiente es el peor de sus castigos y lo único que desean es que ocurra algo que impida la vuelta a la escuela. Es entonces cuando pienso, estás quemado, colega.

Lo tuyo no es desgana es que ya no te interesa nada el mundo de la educación y eres más feliz haciendo otras cosas. ¿Por qué no te haces un favor y buscas soluciones a esa situación?
- solicita un cambio de centro
- haz un cambio de especialidad
- reajusta tus responsabilidades y empieza en delegar o en abarcar menos cosas
- plantéate un cambio de profesión
- pide la jubilación

Si después de las vacaciones de verdad que no sientes un poco de ilusión por empezar un nuevo curso, un nuevo reto, háztelo mirar, porque tienes un problema.

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