Cuando llego a una nueva aula, siempre me gusta tantear a los grupos y les pregunto sobre lo qué hacen en la clase, cuál es la actividad que más les gusta, cuál la que menos, que cosas hacen siempre y cuales les gustaría hacer.... en realidad, lo que pretendo es saber hasta que punto tienen las normas de convivencia interiorizadas.
En mi nueva andadura, no iba a ser menos así que no me quedó más remedio que plantear unas normas, en concreto cinco, y trabajar sobre ellas. Salvo casos excepcionales nunca impongo las normas, a través del debate, de la votación o el consenso son los propios niñ@s quienes expresan y señalan aquellas, que bajo su criterio moral, son las más justas y las necesarias.
Después, siempre, siempre, siempre, bueno... bajo mi experiencia hay que ponerlas en un lugar visible... no podemos olvidar que se recuerda mejor la información que entra por los ojos que por los oídos.
Cuando me encuentro en un aula de especial, aplico lo mismo, pero con algunas peculiaridades como añadir a la norma una imagen, dibujo o pictograma. El objetivo es el mismo, el fin igual.
La constancia, la perseverancia, recordarlo en determinadas horas al día, ser consecuentes con ellas, no olvidarlas nunca y aplicar castigos ajustados a cada una de ellas, creo que son la clave para un día a día más llevadero, más rico y sin tensiones.
¿y tú cómo lo haces en tú clase?
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