jueves, 4 de diciembre de 2014

Mordaza educativa


(fuente: el-semanario.net)
Llevo un tiempo pensando que en el campo de la Educación se trabaja con una mordaza. No hay libertad para decir que no se está de acuerdo, no hay vías para denunciar situaciones sin temor a recibir represalias, no se puede decir lo que se piensa si no eres amigo de fulano o de mengano, si no eres alguien con contactos. No se puede hablar por miedo a perder el trabajo.

Hace muy poco ha comenzado a circular una carta de una maestra canadiense (tenía que ser de Canadá, la cuna de la atención a la diversidad) intentando explicar, razonar y aportar un cambio de visión a una comunidad educativa que solo se queda con la parte superficial de una situación. Aquí les dejo con su lectura y espero que reflexionemos juntos.


¿En cuántas situaciones has visto reflejada tu realidad? En demasiadas, ¿verdad?.

¿Cuántos quisiéramos contar nuestra realidad? Cuántos quisiéramos tener una oportunidad para dar entender que no todo es blanco o negro, que el mundo no se organiza entre buenos y malos, entre listos y tontos, entre normalidad y discapacidad. Me gustaría tener la oportunidad de, tal vez no cambiar el mundo, pero sí hacer más fácil la vida escolar de mis alumnos, para enriquecer el conocimiento de mis compañeros, de hacer más cómplices a las familias. Y sé que eso conlleva hablar y decir la verdad, decir que las cosas no se están haciendo bien, que hay muchas cosas que mejorar y en ocasiones es tan simple como entrar con una sonrisa en las aulas. Con entender que el alumnado no es el enemigo a derrotar, denigrar o vejar. Con entender que uno puede tener autoridad sin llegar a los gritos, sin llegar a las ostentaciones de poder, sin burlarse de un menor.

Que las cosas pueden mejorar si nos apoyamos, si trabajamos en equipo, si hacemos de un equipo educativo una familia, pero no una de esas bien avenidas, sino de esas que se respetan a pesar de las diferencias. De que la realidad de un niño puede ser tan dura que resulta demasiado difícil de entender, demasiado difícil de asimilar.

Tal vez busque demasiado la utopía pero no lo puedo evitar, porque sé que todo puede ser mejor.

No hay comentarios: