jueves, 23 de agosto de 2012

La educación prohibida (part. 1)


Aquí les dejo con este documental sobre distintas visiones de la educación pero en realidad versan sobre un mismo tema: la escuela no es sinónimo de educar.

Debido a su extensión (más de dos horas, casi casi como el señor de los anillos) he tenido que fraccionar su visionado para... (aún siendo muy interesante) no morir de aburrimiento. En esta primera parte, solo un lema me ha quedado patente...

LA ESCUELA NO ES FUNCIONAL TAL Y COMO SE HA ORGANIZADO

Bajo esa premisa se cobijan muchas ideas como por ejemplo, la escasa capacidad de adaptación de los sistemas educativos a los cambios sociales. Al igual que sucede con el ámbito judicial, ese es un paradigma que posee poca capacidad de cambio. Siempre irán por detrás pues la sociedad es un ente en constante evolución.

Otra idea que fluye es el propio concepto de la educación, su importancia, su organización y puesta en marcha. Dejando claro que hemos copiado un estilo prusiano (hecho que desconocía) basado en la formación como medio de control de masas. Utilizando para tal fin una organización similar a las impuestas en fábricas y/o cárceles (y eso me produjo escalofríos pues vi las similitudes: filas para organizar los grupos, sirenas que indican el tiempo, puertas que impiden el paso libre, verjas que oscurecen las ventanas...)

Aunque el pensamiento que más me atrajo, quizás por deformación profesional, es la clara sensación de que la escuela NO respeta al individuo, NO entiende su forma de ver el mundo, NO permite ser, NO da opción a otra forma de hacer. Y es entonces cuando comienzan a saltar mensajes como...
prevalece el colectivo al individuo, no se aprende se memoriza, no se hace se habla sobre ello, competición entre iguales, la nota que tienes es la que te define ante los demás, los contenidos lo son todo, si se aprende no se juega, masificar no es optimizar... que pasando por el filtro de las palabras o el de los sinónimos no son más que las mismas quejas que he podido escuchar a lo largo de mi experiencia docente. 

Y entonces... ¿si el niño no aprende en la escuela...qué hace el docente? Fácil, frustrarse. Entrar dentro del círculo vicioso que se plantea entre lo que dice la normativa, entre lo que sucede en la clase, entre lo que esperan los padres y entre lo que se cuece en el propio centro escolar. 

Hasta aquí he podido llegar y para ser agosto y con la ola de calor... más no se puede pedir  =)

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