Cuando abro la puerta de los niños de infantil mi mente vuela y se eleva más allá de los límites de las paredes y techos de la realidad. Cuando abro mi aula ideal, me encuentro con un sin fín de espacios que juegan a esconderse y cambiarse de forma constante, me explico.
Partiendo de la máxima MENOS ES MÁS organizo mi aula de la siguiente manera:
FUERA todo lo que no va a ser utilizado, hacemos recopilación y lo llevamos al cuarto trastero o almacén en donde se guarda el material que, estando en buenas condiciones, no será necesario. Por ej. guardemos ese teatrillo de madera si sabemos de antemano que no tenemos alma de actor, si sabemos que no es natural en nosotros ponernos a ello en la dinámica diria (no te preocupes, no eres peor docente por ello). Es más, si con el tiempo nos animamos, no hace falta comprar uno nuevo.
DELIMITAR claramente los espacios a usar. Por un lado intentaremos situar las estanterias, armarios y/o altilllos (me encantan, siempre y cuando que los juguetes se camuflen) que nos son útiles para guardar nuestro material docente (manuales, cuadernillos fotocopiables, paquetes de folios, pinturas, manteles, etc...). Que no molesten en el ir y venir de los niños en el aula o provoquen tentaciones a esas manitas ligeras. Por el otro lado, estará todo el espacio dedicado al proceso de enseñanza aprendizaje.
ESPACIOS estables. En la dinámica diaria de un aula de infantil existen espacios que serán usados durante todo el curso. La asamblea, el espacio de trabajo, los ficheros o el espacio de aseo son tres de los más básicos. En el caso del primero, debe ser uno de los lugares más amplios y confortables posibles, ya que el alumnado pasará muchas mañanas compartiendo con los compañeros, conversando con el docente, observando láminas o escuchando algún que otro cuento. Piezas de goma-espuma, puzzles gigantes acolchados y alguna que otra alfombra (que se lave de forma periódica) suelen ser las opciones más acertadas por rápidez de colocación, por limpieza y por confortabilidad, son facilísimas de guardar y no ocupan apenas espacio. En este rincón podemos aprobechar y colocar esas normas básicas y necesarias para desarrollar una "asamblea" en condiciones. La utilización de murales evocadores de las diversas unidades didácticas nos pueden servir como decorado a esa pared. También podemos colocar nuestro mural de asistencia del alumnado, así como el calendario para ir marcando los días de la semana y/o nuestro reloj del tiempo. Truco: no hace falta rellenar la pared, recuerda menos es más.
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En segundo lugar, las mesas de nuestro alumnado es preferible que se encuentren situadas en forma de U, si las dimensiones del aula lo permiten (muchos niños pa' tan poca clase, ¿verdad?). Lo que nos ayudará a controlar de forma eficaz cualquier incidente, necesidad o realizar cualquier corrección. Muchos colocan las fotos y nombres de sus alumnos sobre mesas y respaldares de sillas, me encanta siempre me sé sus nombres, les parece... ¡magia!.
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En tercer lugar establecer un lugar fijo para colocar sus fichas, colores, rotuladores, lápices, etc.. de forma que poco a poco vayan ellos mismos a buscarlos en caso de necesidad. Normalmente el fichero nos sirve para este gran fin: fomentar su autonomía.
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En cuarto lugar, el lavamanos suele compartir espacio con toallitas húmedas o garrafas de agua así que... a compartir!!! Colocaremos las normas básicas necesarias para desarrollar los procedimientos de aseo, imgánes que señalen la forma adecuada a realizar o recordatorios de actitudes ecológicas. Intentaremos establecer una rutina que les permita realizar los pasos de una forma autónoma. Recuerda, deben aprenderlo para después reproducirlo cuando lo necesiten. Truco: las garrafas con tapón dispensador suelen alegrar a más de uno y los soportes de jabón fáciles de apretar, ni les cuento.
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Hasta aquí la primera parte, que veo me emociono y sigo contando y contando.
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