(fuente: mariaamarillo.wordpress.com)
Hace apenas dos días que se celebró el Día de la discapacidad, un día en el que se pretende hacer visible la presencia de estas personas con dificultades en tu ciudad, en tu barrio, en tu comunidad.
Hacer visible lo que cada uno de los restantes días del año se ignora, se olvida, no se tienen en cuenta salvo para aquellas personas que la padecen, los familiares de esas personas o los que trabajamos cada día con ellos, para nosotros TODOS los DÍAS son días de la discapacidad pues tenemos que seguir luchando, debemos seguir en pie de guerra por lo que es justo, por lo que es necesario, por lo que es de derecho.
Al igual que cuando un bebé nace no es cierto que venga con un pan bajo el brazo, tampoco es cierto que si padece alguna discapacidad venga con un certificado de segunda, esa situación no les nombra ciudadanos de segunda y es por ello por lo que no deben ser olvidados, nunca.
La Constitución, esa que celebraremos en breve, ya fue pionera en eso de la inclusión al no hacer distinciones, al saber de las dificultades que siempre existirían, al entender que no son menos que nadie.
El Día de la Discapacidad no es más que un día en el que se debería mostrar al mundo que son tan ciudadanos como el resto, que tienen los mismos derechos y deberes, que deben tener las mismas posibilidades que el resto y que no deben ser considerados menos por tener un certificado de minusvalía .
Al fin y al cabo, son personas, como tú y como yo. Con sus sueños, con sus risas, con sus amigos y amigas, con sus obligaciones, con sus amores y odios, con sus problemas diarios, con sus metas a alcanzar.
Además de este día, por favor, no cerremos los ojos el resto del año. Te perderías tanto.
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