(fuente: entodossitioscuecenhabas.wordpress.com)
Te entiendo chaval, te entiendo, esta semana me tocó a mí.
No voy a entrar en demasiados detalles pero solo les diré que el destino existe y me ha tocado vivirlo esta semana. ¿Cómo lo sé? Fácil, sin saber ni como ni porqué me veo como secretaría en las pasadas elecciones sindicales de los docentes no universitarios.
Con treinta años a la espalda, con dos ASP, rozando mi primer trienio en la Administración... sigo siendo esa niña que tiene toda la vida por delante para conseguir una plaza (eso sí, el grifo se cierra sí o sí para los próximos años), soy una niña para hablar de reivindicaciones (eso sí, que se muevan las jóvenes a luchar como lo hicimos nosotros por la universidad pública) y una niña para dar clases de justicia.
Sindicatos ¿qué es eso? La verdad es que no lo sé. Dicen que hablan por los empleados pero no hablan mi mismo idioma. Dicen que luchan por los intereses del trabajador pero soy invisible a sus ojos. Dicen que buscan el bien común pero no entienden nuestro mal común. Dicen que quieren lo mejor, la calidad educativa, pero ignoran a aquellos que pueden colaborar en el proceso.
No los entiendo. No lo entiendo. Lo único que me ha quedado claro es ese refrán que dice: "primero son mis dientes, que mis parientes".
Suspiro. Y espero que la paciencia llegue a mí.
Compañer@s ASP, no esperen nada y deseenlo todo. Es lo único que les puedo decir después de una jornada sindical.
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